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Wabi- sabi. La estética oriental.

febrero 2, 2013

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No hay líneas en la naturaleza, sólo áreas de color, una contra la otra.

Edouard Manet

 Los siguientes posts tienen el objetivo de analizar el criterio estético japonés conocido como Wabi- sabi. Dentro de los ideales estéticos japoneses es uno de los más difundidos y apreciados tanto en oriente como en occidente. El tema resulta pertinente desde infinidad de ópticas y uno de los objetivos de este trabajo es mostrar la actualidad y relevancia que tiene este ideal para el mundo occidental y la comprensión de la relación estética del hombre con su medio.

En primer lugar aproximarnos hacia el núcleo de la estética oriental nos permite entender una serie de manifestaciones que se presentan en el mundo contemporáneo a partir del intercambio cultural en que consiste el proceso de globalización. La estética japonesa tiene fundamentos y modos de análisis y expresión distintos a los de la tradición occidental debido a gran cantidad de factores entre los que se encuentran la historia específica del pueblo japonés, su sistema de organización social, la relación con la cosmovisión budista donde se fincan las vivencias estéticas con la naturaleza, la geografía y clima del país donde se desarrolla su filosofía y las intenciones de su arte.

El análisis de un determinado criterio estético puede aportarnos un conocimiento valioso sobre la manera de interpretar la realidad que tenemos en un momento dado. En los últimos años y a partir de los cambios políticos en el mundo nociones que habían resultado fundantes de nuestra identidad, nuestras relaciones y modo de vida han perdido relevancia al desdibujarse los territorios que antes demarcaban con claridad, es decir a partir del inicio del posmodernismo nuestra cultura e instituciones se han transformado y la idea de mundo ha cambiado, llevando consigo un cambio en la conciencia del arte y sus significados . Si bien los cambios suscitados siguen siendo un tema de estudio principal para la sociología, la antropología, la historia, la filosofía y el psicoanálisis, la dimensión estética llega a verse relegada por otros temas más clásicos, aunque comienza a tomar una posición más central en la comprensión de la cultura para la gente en general. La gran cantidad de información que recibimos diariamente suscita experiencias que nos llevan a discriminar en términos emocionales lo necesario de lo innecesario para la formación de nuestra esfera simbólica. El cineasta Pen Ek- Rataranuang comenta en una entrevista que la idea de pasaporte, nación, país, estado, frontera e incluso la de grupo han atenuado el carácter principal que tenían como demarcaciones del mundo en la modernidad para irse sustituyendo gradualmente por nociones en crecimiento que permiten un intercambio distinto entre las personas. Dentro de estas nociones salta a la vista que cada vez más las relaciones sociales de afinidad se establecen a partir de  la comunión en ciertas sensaciones, en cierto sentido del gusto, en cierto modo de ver y sentir que trasciende las fronteras e instituciones antes firmes en la modernidad. En este tiempo es posible pensar que puede haber más cosas en común con una persona que comparte nuestra manera de sentir el mundo independientemente de que su raza, nacionalidad, edad o cultura sean distintas e incluso distantes y excluyentes entre sí.  Estas diferentes sensibilidades pueden ser entendidas como criterios estéticos, no en lo referente únicamente al estudio de la belleza como tradicionalmente se entiende sino como lugares y circunstancias particulares desde los cuales se analiza la realidad y que resultan en sentimientos característicos o impresiones estéticas que definen no tanto el mundo como la propia identidad. Aproximarnos al estudio de los distintos criterios estéticos además de sensibilizarnos para la apreciación artística pone en relieve los mecanismos que constituyen la identidad y los mecanismos mentales y sociales involucrados en la experiencia estética cotidiana.

También una intención de difundir el discurso estético wabi- sabi que como veremos más adelante se hace oír con mayor frecuencia como consecuencia de los cambios en  las características tecnológicas, económicas y sociales del mundo contemporáneo. Preservar un universo estético o un tipo de belleza no solo comprende preservar los objetos o edificios particulares que despiertan ese sentimiento sino también compartir una ideología estética en cualquier forma de expresión disponible.