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Esto procede de nuestro medio: tiene que ser así, puesto que del exterior no pueden llegar más que palabras.

enero 30, 2013

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A pesar del placer que me depararía pasearme con el lector por el universo de Ubik hablar de esta novela de Phillip K. Dick desvelando el misterio que se anuda a su trama es una tarea poco ética. Más allá de estar preocupado por contar la historia a quienes gustan de sorprenderse leyendo un libro, la naturaleza misma del libro exige que cada quien interprete y represente la atrayente realidad de esta novela. Por lo general no me molesta que la gente me cuente películas y libros, incluso cuando revelan el final de una historia policiaca o los pasos que conducen al detective a la identidad del asesino, creo que el disfrute está en el recorrido y en lo que no se puede contar: en la literatura, en el cine, en la experiencia de mirar el cuadro y andar por su textura.

La novela narra la historia del personal de Runciter Asociados, una organización que se dedica de manera comercial a la eliminación del espionaje psíquico. El grupo está formado por doce psis que utilizan sus particulares poderes para neutralizar la influencia de las organizaciones de psíquicos dedicados al espionaje, a entrar a la mente de las personas para obtener información privada que tiene gran valor para quienes contratan sus servicios. El señor Runciter le llama a sus psíquicos inerciales y su método de operación consiste en medir el campo psi que generan los espías a cargo del señor Hollis, presidente de la compañía que busca explotar la superioridad psíquica, para posteriormente reunir el número de inerciales que crearán un contracampo en el que se enfrentarán internamente a los hombres de Hollis, una guerra comercial que se desarrolla en un ámbito del mercado  en el que ambas organizaciones son el benchmark del ramo. Telépatas, precos, médium y telekinéticos encuentran en ambas organizaciones la posibilidad de prestar un uso a sus poderes. Al inicio de la novela los precos de Hollis y de otras organizaciones han estado desapareciendo espontáneamente de los lugares de vigilancia dejando a la organización de Runciter en gran incertidumbre sobre los motivos de la retirada. Previendo las dificultades que se avecinan y con el negocio parado a causa de la baja actividad psiónica de las compañías rivales, Runciter decide visitar a su esposa Ella en un moratorio de Zurich, ciudad conocida por el alto grado de especialidad en esta clase de servicios. En un moratorio uno puede hablar con una persona que se encuentre en un estado de semivida. Al morir una persona es posible contratar los servicios del moratorio en el que el cadáver de la persona es preservado de la degradación y puesto en comunicación con quienes aún continúan con vida. El proceso de comunicación consume las reservas vitales del semivivo por lo que el tiempo disponible para hablar es atesorado por ambas partes y su duración disminuye con el tiempo y conlleva siempre un deterioro en el que la conversación que se entabla es cada vez menos coherente y se llena paulatinamente de ruido hasta que se vuelve imposible hablar con las personas y se les declara oficialmente muertas. Ella, la esposa de Runciter se halla en estado de semivida y ejerce desde ese plano su poder como socia principal de su esposo, toda decisión importante sobre el futuro de la empresa debe ser consultada con ella. A veces conforme la gente se deteriora en la semivida comienza a haber interferencia de otros semivivos a los que quizá sus seres queridos no visiten con frecuencia, en el moratorio de Zurich esta Jory, un quinceañero que no parece debilitarse a causa de su gran vitalidad y a la tierna edad de su fallecimiento, a veces entra en comunicación a través de otros semivivos para pedir noticias de la evolución del mundo exterior, un mundo en el que los aparatos son subsidiados por el gobierno pero que para usarlos hay que insertar monedas en los electrodomésticos que hay en casa e incluso en la puerta del propio departamento para que se abra. Ella recomienda a Runciter prepararse para una ofensiva y contratar él mismo los servicios de un preco de Hollis que intente atisbar en las brumas del futuro siempre cambiante cuál será su destino.

Al mismo tiempo Chip, el técnico de medición del campo psiónico y mano derecha de Runciter, entrevista  a Pat, una bella muchacha que aspira a formar parte de Runciter Asociados. Su habilidad es rara y resulta desconocida hasta por los especialistas de la empresa. Pat tiene la facultad de viajar en el tiempo, no exactamente a lo largo de una cadena histórica de los acontecimientos ya que evidentemente no existe ni pasado ni futuro al que se pueda viajar. Pat tenía padres precos por lo que generalmente recibía sus castigos por travesuras que aún no había concebido “esta semana estás castigada por el jarrón que vas a romper el domingo”. Como método para contrarrestar los poderes de sus padres, en uno de los mencionados castigos anticipados ella decide pensar en el problema del jarrón y de alguna manera al concebir la existencia de un jarrón intacto tras haberse roto consiguiendo evitar vivir en la línea temporal que se desprende de la fractura del jarrón para asentarse en otra realidad en la que el jarrón nunca se rompió. Al final de la entrevista Chip no cree ni una palabra de lo que dice hasta que ella lo interrumpe y le entrega el diagnóstico de la medición de habilidades que Chip está realizando en ese momento, el informe indica que no será contratada y Chip reconoce su letra y la terminología secreta de la empresa y desde luego el veredicto que le tenía destinado. Queda convencido de su poder y decide contratarla como personal que pudiera resultar peligroso para la empresa. Dos días después sin saber de qué manera se encuentra casado con ella desde hace varios años.

Poco tiempo después un magnate busca los servicios de Runciter asociados. Stanton Mick se ha enriquecido con la explotación mineral y con la edificación de los primeros asentamientos en la luna, teme ser víctima de espionaje psíquico y ofrece una gran cantidad de dinero para Runciter Asociados. Con sus inerciales sin trabajo Runciter se dirige con ellos a la luna pero cuando llegan descubren que la amenaza psiónica es inexistente. Cuando el señor Stanton Mick se presenta para aclarar la situación y es confrontado por Runciter, Mick se revela como un ciborg que se hace estallar matando a varios de los psíquicos y dejando a Runciter al borde de la muerte. Consiguen volver a la tierra y habiendo muerto durante el viaje meten a Runciter al moratorio en el que está su esposa. A partir de ahí la trama se rompe y se convierte en algo completamente inesperado ya que mientras los empleados de Runciter investigan la manera en la que Hollis les tendió la trampa la realidad cotidiana comienza a alterarse y a degradarse rápidamente involucionando hacia el pasado en donde lo antiguo comienza a invadir los espacios contemporáneos, el avance tecnológico emprende la carrera hacia el pasado, los cigarrillos y la comida están podridos y aparecen distintas manifestaciones de Runciter (los billetes en circulación de pronto tienen su efigie)mientras algunos de los psíquicos comienzan a morir secándose (literalmente) hasta convertirse en momias de varios años de antigüedad.

La primera mitad de la novela transcurre por esta línea y resulta paradójico encontrarse en familiar compañía de algunos de los conceptos que se han vuelto lugar común en la ciencia ficción justo cuando Phillip K. Dick los ideó y popularizó a partir de su obra. Dentro de las ideas que resultan muy atractivas en esa parte de la novela es el concepto de semivida, ciertamente una idea brillante que por un momento uno teme ver caer en mal uso pero que se desarrolla insospechadamente lo largo de la novela. A partir de la explosión se vuelve imposible saber a qué se enfrentan los psíquicos y a medida que se va complicando la trama nunca hay una solución esperada; lejos de solucionarse las cosas se van llevando al extremo hasta que la realidad de la novela adquiere proporciones apabullantes.

La narrativa de Phillip K. Dick es sencilla y sin pretensiones estilísticas, su discurso es coloquial y lineal, elemental, pero a medida que se desarrolla la historia se van superponiendo capas de realidad de una manera simple y agradable hasta que sin saber cómo el lector habita una de ellas.

La impresión que me despertó fue como ver a través de una ventana en la que el paisaje ha sido sustituido por un póster, como los que hay en algunos cuartos  de hotel con mala vista o en la exhibición de plantas tipo de edificios habitacionales y que tienen por objeto desdibujar la realidad a partir del paisaje simulado.

En eso uno se acerca y no es una fotografía, es el paisaje hipernítido  y ya nunca vuelve a estar en el mismo lugar.