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T ó t e m + T a b ú

marzo 29, 2011

Bajo el sol jaguar es una colección de relatos que se centra en la exploración del ámbito de las sensaciones. Consta de tres cuentos que corresponden a tres de los cinco sentidos: El nombre, la nariz; Bajo el sol jaguar (El gusto) y Un rey a la escucha. Italo Calvino no terminó la colección con los sentidos restantes, vista y tacto (¡Qué pérdida!).

En El nombre, la nariz convergen las historias de tres hombres en diferentes épocas en el hallazgo de la fragancia de una mujer perfecta para el deseo y que luego sufren la pestilencia de la muerte. Uno de los hombres es un caballero victoriano aficionado a las mujeres y a los perfumes, a quien se anuncia una fragancia acre jamás percibida antes en un baile de máscaras, que lo lleva a la Perfumería de Madame Odile a descubrir quien pudo haber comprado un perfume tan especial. En otro momento histórico un hombre primitivo, posiblemente anterior al Homo Sapiens y al Neanderthal, desea a una hembra de otra horda y explica cómo es posible anticipar el destino a partir del aire. El último personaje es un baterista de una banda de rock que tras una noche de fiesta tiene que levantarse al baño y descubre entre las groupies desparramadas en el suelo la esencia de una pelirroja. A pesar de que los tres encuentran ese aroma tan seductor, lo pierden a su manera cada uno para después encontrarse con el hedor de la muerte de una manera muy particular y consecuente con su horizonte simbólico.

Bajo el sol jaguar trata de una pareja de intelectuales que viajan a Oaxaca para asistir a un congreso y durante su estancia notan que la relación entre ellos se encuentra a punto de colapsar. El marido hace ricas apreciaciones de la voracidad de su mujer y comienza a descubrir un aspecto ignorado de ella que reaviva la relación, algo ambiguo que oscila entre lo demoniaco y lo sagrado, igual que su mujer devorando los manjares urdidos por las monjas para excitar el cuerpo y la fe.

Un rey a la escucha narra la historia de un rey que ha ascendido al trono por medio de la traición y la intriga y que de acuerdo al protocolo real tiene prohibido levantarse de su trono, ergonómicamente diseñado para la satisfacción de sus necesidades, caprichos y deseos. No puede levantarse a pesar de ser el hombre más poderoso del reino, no oye de sus súbditos más que eco de los pasos y voces que le llegan a intensidades caprichosas intentando cosechar alguna que otra frase de los salones aledaños a la sala del trono, a veces una intelegible. Se recrea inventando el palacio que transitaba intrigando cuando era joven, cuando no sabía lo que implicaba convertirse en rey y al recordar su codicia y su poder a espaldas del rey comienza a esperar su muerte la puñalada el veneno y a reconstruir conjuras lancinantes.

Es un excelente libro y acaba de ser reeditado. Este libro establece un diálogo íntimo con Tótem y Tabú de Freud, se recomienda leer ambas obras sucesivamente sin importar el orden.

“No, Madame, no es eso a fe mía”, logré decir. “¡Lo que tengo que encontrar no es el perfume que se adapte a una mujer que conozco! ¡Lo que busco es la mujer: una mujer de la que sólo conozco el perfume!”

¿Pero cómo podría describir con palabras la sensación lánguida y feroz que había experimentado la noche anterior en el baile de disfraces cuando mi misteriosa compañera de vals con un gesto indolente había hecho deslizar el chal de gasa que separaba su blanco hombro de mis bigotes y una nube atigrada y flexible me había agredido las narices como si estuviera aspirando el alma de un tigre?