h1

¿Qué sería de mi padre si dejara de violar y matar perros?

julio 6, 2010

“Quizá mi hermana lo sabe y por eso trabaja turnos extras en la fabrica de papel cerca del vertedero”.

La muralla es un cuento del escritor coreano Cho Sun- Jak que está incluido en la antología del cuento coreano Ji-Do (Mapa) en el que se recopila un cuento de ocho de los autores coreanos más reputados en aquel país. La mayoría de los cuentos que se incluyen en la antología hablan del día a día de diversos grupos sociales en Corea del Sur, sin embargo este segundo cuento se distingue de los demás debido a la crudeza de la trama y del lenguaje que se emplea. Varios de los cuentos incluidos hablan de la realidad política del país y otros ilustran muy bien cómo se vive en Corea del Sur, la gran mayoría relatan experiencias cotidianas de gente que podría considerarse clase media en sus afanes de conservar su continuidad existencial en un país convulso e inestable a causa de los movimientos revolucionarios y las diferentes dictaduras que Corea ha experimentado en los últimos años. Narran experiencias sencillas en las que siempre es interesante descubrir las particularidades coreanas y las similitudes humanas. Los hay de varios temas: la crónica de una mudanza en día festivo y dificultada por el polvo y los empleados de mudanza, el viaje de fin de semana de un hombre que se prepara para un ascenso en el trabajo y acaba enamorándose de una mujer destruida deseada por sus amigos de la preparatoria que no lograron salir del pueblo, el relato de una solitaria ama de casa que tiene una nueva vecina que poco a poco comienza a apoderarse de su vida, relatos de guerra en los que los militares intentan hacer frente a la confusión que les plantea la guerra, la vida de un hombre soltero que busca una mujer dispuesta a abandonar a su familia para consagrarse a su manutención, cómo parece que es una extendida realidad en aquel país. El tema principal es el desarraigo y los malabares con los que se puede paliarlo. El mejor cuento, a mi gusto, es llamado La muralla y narra una historia brutal con gran autenticidad. Está ambientado en una zona rural de Corea del Sur que me recordó totalmente las películas de Kim Ki- Duk. Está escrito en primera persona y está lleno de reflexiones y pensamientos del personaje principal a modo de una historia de juventud. A continuación cuento esquemáticamente la historia, no ahorro horrores aunque leerlo directamente le aporta la debida profundidad a la trama.

La muralla narra la dolorosa, lúgubre y asfixiante vida de un adolescente de unos trece o catorce años que debe encontrar asideros para su vida en un medio deprivado y de verdadera miseria en una población marginada. Vive en un pueblo rodeado de una ciénaga, en un ambiente rural en el que la realización vital está constantemente amenazada por la falta de oportunidades y de referentes que permitan consolidar una identidad de manera saludable. Encima tiene el drama adolescente que implica el descubrimiento de la sexualidad. Este chico al igual que gran parte del pueblo tiene una malformación congénita causada por la endogamia a la que han sido relegados los habitantes del pueblo, es cojo aunque todos le dicen perro ya que circula una leyenda urbana en la que su padre se dedica a violar y a matar perros. La historia comienza justo en el momento en que su mejor amigo, dos años mayor que él, con un ojo nublado y cubierto de barros, le dice lo que se rumora acerca de su padre. A él parece no importarle y continua asistiendo a la escuela hasta que un buen día unos muchachos más grandes que él le roban el dinero de la colegiatura y él comienza a faltar al poco tiempo ya que le ha estado robando a sus compañeros y profesores cuando se ofrece a cuidar el salón durante el recreo ya que su cojera le impide aprovecharlo pues se tarda más bajando y subiendo las escaleras. Su padre le da todo el dinero que puede siempre y cuando sea para estudiar, y su hermana hace lo propio mientras trabaja en una fábrica de papel higiénico a un lado del vertedero industrial. Su madre abandonó el hogar hace varios años en busca de mejores ingresos ya que era ella la única que colaboraba a los gastos del hogar. Su padre abandonó a sus hijos para buscarla durante varios años, no se sabe con qué intención; cuando mueren los familiares con los que había dejado encargados a sus hijos regresa y la hermana pronto ocupa el lugar de la madre en el trabajo. Sólo se contrata mujeres ya que los hombres que quedan son casi todos alcohólicos. Poco a poco van cobrando significado los perros que su padre lleva dos o tres veces a la semana al tiempo que sus descubrimientos sexuales se van precisando a través de la relación con su amigo. Su amigo trabaja en la única vulcanizadora para neumáticos de bicicleta en el pueblo y ha empezado a tener ganancias económicas ya que su padre está en la cárcel por robar bicicletas, ahora él las roba pero no lo van a atrapar nunca. Por intermedio de él va conociendo nubosamente la realidad del deseo sexual. Oye con delectación las anécdotas de sus incursiones en el Muelle, un distrito rojo al que se accede cruzando la ciénaga en bote en el que las mujeres de los alrededores trabajan, han trabajado o trabajarán algún día, cuentos tergiversados de la única realidad sexual que les es accesible, pero que no dejan de darle un significado a los cambios corporales y a la excitación sexual cada vez más incontenible. El amigo le platica sobre las vejaciones que acomete con sus amantes pero le hace notar que es un mundo proscrito para él hasta el momento en que tenga la misma cantidad o más de barros que él. A partir de ese momento se mira con desesperación al espejo pues los granos no parecen seguir los tiempos de su deseo y lo único que le queda es exprimírselos con fruición a su orgulloso amigo. Comienza a observar más de cerca a su padre y descubre en toda su atrocidad lo que hace como medio de vida. El negocio consiste en robar perros en las zonas más urbanizadas, donde las calles son limpias y hasta los perros tienen siempre un plato de comida a la puerta, para luego matarlos cerca de casa, desollarlos y venderlos a los restaurantes. “Quizá a eso se refieren cuando dicen que un perro vale más que un hombre” piensa el chico. El negocio es bueno y el padre tiene varios seguidores que le piden enseñanzas sobre cómo atrapar más fácilmente a los perros pues siempre que lo intentan acaban con alguna cicatriz. El secreto, les enseña siempre borracho, está en trabajar al perro que te interesa, en visitarlo seguido y ganarse su confianza, luego cualquier sebo sirve y el perro se transforma en dinero para comprar alcohol. El chico dentro de su desconocimiento acepta la situación, sin embargo cuando piensa en su hermana, que estudia en las noches ayudada de su ábaco a pesar de madrugar para el trabajo al día siguiente, echa de menos a su madre y desea que su padre la busque de nuevo o que vuelva de su promisorio trabajo, para el que se prepara estudiando toda la noche su hermana, para llevarlo lejos.

A veces el chico sorprende a su padre gozando mientras mata a los perros, una mirada que él solamente había visto cuando el padre hablaba de su madre y la necesidad de hallarla. Para no omitir el horror, su amigo se interesa en los perros pero fracasa en el intento por lo que emprende viajes cada vez más frecuentes al Muelle y, más tarde al Puerto, un lugar donde las mujeres tienen, a su juicio, mejor hechura y más destreza. El padre sufre una hemorragia cerebral y queda paralizado de la mitad del cuerpo por lo que es incapaz de levantarse y de hacer cualquier cosa. No se lamenta, acepta su enfermedad como la consecuencia divina a sus acciones y la hermana se fuga una noche, porque cualquier fuga en regla debe realizarse en la noche, si es posible a las cuatro de la mañana en punto ya que supone una pena terrible intentarlo a las tres de la mañana, que como todo mundo sabe es la hora en la que los fantasmas suelen visitar a quienes están solos. El chico entra al negocio de las bicicletas y le lleva arroz al padre durante las tres comidas. Su amigo le cuenta animado que ha encontrado a la hermana y que la mejor noticia es que va a regresar al pueblo para casarse con él en cuanto pueda dejar su trabajo como prostituta en el Puerto. Un día al levantarse no encuentra a su padre en la cama y por un momento uno piensa que el padre se ha recuperado y se ha enmendado. Hay mucha gente en la aldea y se nota que sucede algo importante. Un grupo de obreros tienen la consigna de construir una muralla que oculte a los viajeros que pasan en tren la visión del miserable terruño ya que alguien importante del gobierno se encuentra de gira y no desean que vea la horrible realidad del pueblo. Horas después lo encuentran tirado cerca del árbol en que ahorcaba a los perros. Al sentir la proximidad de su muerte se arrastró durante horas para morir en su matadero. Los obreros lo entierran en una zanja de la construcción. Un buen día  el chico comprueba que han terminado la muralla y que además la han pintado de color azul. El ocultamiento es ante todo reconfortante, el agua de la ciénaga parece cristalina y reflejar el cielo, aunque lo mejor es la sensación de protección que lo llena de tranquilidad y lo incita a jamás abandonar su tierra.

2 comentarios

  1. 70 estatuas de bronce, 40000 figuras de bulto que lo representan, 250 monumentos que elogian sus logros, 350 recintos memoriales, 3500 torres conmemorativas. 890 millones de dólares al año es lo que cuesta el culto de su memoria. Ese es el legado de Kim Il Sung, Ese comunismo dinástico condujo a Norcorea a la pobreza y al aislamiento internacional, problemas que se agudizan evidentemente con la caída del comunismo y las excentricidades de los gobernadores.
    En surcorea, los coreanos fueron sometidos a un régimen «capitalista», protegidos por Estados Unidos… pero al parecer los resultados son similares. No se mucho de la cultura coreana, se más de la Corea del Norte que del Sur, pero al leer tu reseña me parecieron escenarios análogos.
    Al igual que las películas de Kim Ki Duk, sobre todo «Address Unknown», los personajes del cuento «La Muralla», parecen personajes condenados a usar la violencia como forma para expresar sus sentimientos más profundos ya que no tienen otra forma para hacerlo. Los actos de estos personajes tienen el mismo carácter pulsional y salvaje que el ambiente que los rodea, puedo llegar a imaginar ese pueblo, bronco, tóxico, que contamina a cada uno de los personajes. El individuo de los granos, su cara me parece una metáfora de la suciedad de ese lugar, y como se aspira a esa (psicoanalíticamente tiene otro sentido los granos, obviamente :p). Ni que hablar de «Address Unknown», la cual se desarrolla en un pueblo cercado por una base militar norteamericana en plena Guerra Fría, los protagonistas deben luchar contra sus instintos básicos en una comunidad desquiciada que perdió todo sentido de la identidad cultural. Semejante al caso de los protagonistas de “La Muralla”.
    Me gustó tu reseña, te invita a leer el libro, pero en especial a que si lo compras, buscar inmediatamente “La Muralla”, si me pareció terrorífica tu entrada, no me imagino la crudeza del texto original.
    Te invito a que busques, si te interesa más acerca de Corea, un cómic que se llama “Pyongyang” de un canadiense llamado Guy Delisle. Es un documental gráfico acerca del régimen Norcoreano, sobre todo del periodo del ya famoso Kim Jong Il, no se si hable de su Cunnilingus, pero da una idea de lo que es la vida actualmente por esos lares.

    Felicidades nuevamente!!! a la espera de la próxima entrada 🙂


    • Ya leí el libro de Pyongyang, pronto escribiré una reseña. Gracias por la recomendación.



Deja un comentario